No sé si vosotros sabíais dónde estaba Alcalá del Valle antes de que el Mesón Sabor Andaluz revolucionara este pueblo blanco de la Sierra de Cádiz. Yo os tengo que confesar que no y mira que he pasado veces por Setenil de las Bodegas o hemos trazado el itinerario de pueblos blancos marcando Olvera o Ronda. Admitamos que ni la mejor campaña publicitaria habría atraído a tantos visitantes como lo ha hecho esta familia. No hay duda, el Mesón Sabor Andaluz es la joya de Alcalá del Valle.

Mesón Sabor Andaluz: trabajo en familia
Aperos de labranza colgando de las paredes, colores cálidos, un comedor acogedor… Todo te predispone a sentirte a gusto, a sentirte parte de una casa en la que dos generaciones comparten el amor por la cocina y los productos de su tierra. La implicación de toda la familia fluye en el ambiente y te contagia de alguna manera.
José Aguilera, el padre de esta cálida familia, nos recibe y explica sus propuestas. Comenta, creemos notar con algo de pena, que los comensales se inclinan mayoritariamente por el Menú Nuestro Entorno y que quizá terminen por descartar la carta y no podemos más que sentir culpabilidad porque veníamos encaminados a esta opción y nuestra única duda era si lanzarnos por 10 ó 14 pases. Esos remordimientos, sin embargo, desaparecen bien rápido, justo minutos después, cuando ya hemos caído prendados de esta casa y sabemos que volveremos para darle una vuelta a la carta ya sea en su menú de 6 pases o encaprichándonos de algunos de sus platos.

Temporalidad y cercanía
Uno de los aspectos más destacados del Mesón Sabor Andaluz es la cuidada selección de las verduras y de los productores con los que trabajan. Nos gusta esa bonita (y necesaria) costumbre de indicar la procedencia de los productos con los que se trabajan, como es el caso aquí. Extiercol, Familia Hevilla, Cultivo Desterrado, Espasierra, Caprisur, Petaca Chico o Panadería Hermanos Dorado proveen esta casa de la materia prima necesaria que luego se transforma en cocina bajo las manos de Pedro Aguilera y su madre, Antonia Jiménez.
La temporalidad manda en esta carta, así que los platos van rotando según mandan las estaciones. En nuestra visita encontramos brócoli, acelgas, habas, alcachofas, coles o tagarninas con maravillosos puntos de cocción, llenas de sabor y color, inmejorablemente realzadas por jugos, caldos o aliños, con una presencia casi testimonial de la carne o el pescado.

El Territorio
El pan de carrete que aparece en la mesa, un pan candeal que cortan en cuadrícula y calientan en el horno antes del servicio, es ya toda una muestra de lo que está por llegar, una muestra de este «territorio». Llega templadito con su diente de ajo y me recuerda a los desayunos en casa, a esa costumbre que mi padre tenía de restregar el ajo antes de mojarlo en aceite.
Y comienza el desfile de platos, bellísimos, muy armoniosos, cuadros. Verduras para disfrutar con la mano como el Brócoli asado, almendra y anchoa, para mojar pan sin descanso: Acelga y majao, para cortar y soñar: Lechuga maravilla muy asada, holandesa, anchoas y queso payoyo o para comer a cucharadas: Habas y navajas aliñadas con un consomé de tomates en conserva asados, Tagarnina y guiso de bacalao meloso con perejil.


Combinaciones en las que no sabes si quedarte con la verdura o la proteína que lo acompaña, ¿quién acompaña a quién, en realidad? Ensaladilla de cebollas en vinagre, atún rojo y eneldo. Frutos secos tratados como legumbres: Pistacho de Alcalá asado, consomé de alubia blanca y piparra. ¡Cuánto me gustó este plato!



Y así hasta 11 bocados equilibrados, ligeros, sabrosos.
Llega el postre de manera natural, como una continuación, sin pausa ni miedo a saturarse. Misma filosofía: elegancia, territorio, tradición, técnica… Fresas, remolacha y nata, mi favorito, Pera al vino de Jerez y crema helada de manzanilla, una delicia, Batata, cabra y miel, origen.

Qué ver en Alcalá del Valle
Merece la pena llegar antes de tu cita, pasear un poco por sus calles, curiosear la impresionante iglesia de Santa María del Valle, con su llamativa fachada, acercarse a los Dólmenes de Tomillo, yacimiento megalítico formado por tres dólmenes de corredor y un menhir, único en su género en la provincia y disfrutar del impresionante Monasterio de Santos Caños y su entorno. Este último, aunque se sitúa en el término municipal de Olvera, es propiedad del ayuntamiento de Alcalá del Valle. Curioso, ¿no? La zona es de gran valor paisajístico y el rato que pasamos allí nos supo a poco, tiene algo especial.
Ya estamos planeando volver. Creo que empezamos a planear en el segundo plato, ¿o fue en el primero? La próxima vez vendremos a disfrutar del Menú Nuestra Carta, que me quedé con ganas de rabo de toro y nos encantaría hacer la Ruta Sendero Caños Santos y dedicarle más tiempo a esta zona del interior de Andalucía que tanto nos gusta y que en ocasiones, como le ocurre al interior de Málaga, pasa desapercibida. Seguro que volveremos a disfrutar porque creo que aún no hemos dejado de hacerlo.

Mesón Sabor Andaluz
C/ la Huerta, 3 – Alcalá del Valle (Cádiz)
Teléfono: 956 135 510
Lunes, jueves y domingos de 13:30 a 15:30 Viernes y sábados de 13:30 a 15:30 y de 20:30 a 22:30
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