Si escuchas Tarifa seguro que te viene a la cabeza surf, playa y viento, mucho viento. Cuando el Levante sopla, se hace complicado estar en la playa o incluso caminar en zonas muy abiertas, como es el caso del camino a la Isla de Punta Paloma. En verano el turismo joven invade sus playas y casco viejo, pero, afortunadamente, el otoño y la primavera enseñan otra cara de la ciudad. Su naturaleza, patrimonio y gastronomía te ofrecen mil planes para enamorarte y desear volver antes de haberte ido. ¿No sabes por dónde empezar? Tranquilo, te contamos qué hacer y dónde comer en Tarifa.
Si además tienes varios días por la costa de Cádiz, te dejamos recomendaciones para que disfrutes en Conil de la Frontera, en Barbate o en Zahara de los atunes. Y si eres un enamorado de los vinos gaditanos, seguro que te vienen bien estas ideas para disfrutar en Sanlúcar de Barrameda o en Jerez, ya sea de tabancos o en un Estrella Michelin tan maravilloso como Mantúa.

Qué ver en Tarifa
El centro histórico esconde muchas calles estrechas y recovecos. Puedes comenzar por la Puerta de Jerez, símbolo de la ciudad que rememora su reconquista en 1292. En el callejeo te toparás con la Iglesia de San Mateo, la Iglesia principal de Tarifa, construida sobre los restos de la antigua mezquita. Echa un ojo al programa de la Oficina de Turismo, puede que te apetezca acercarte a la Sala de exposiciones en la antigua Cárcel Real.
Si te gustan las vistas, no puedes perderte el Mirador de África, que se encuentra en una plaza rectangular a uno de los lados de la calle de la Amargura. Te gustará esta placita con bancos decorados con cerámica pintada a mano, una fuente de estilo mozárabe y los restos de una torre de vigilancia a uno de los lados. Otra plaza bonita es la plaza de Santa María, también conocida como la plaza de la Ranita por la fuente que hay en el medio.




Y si hay una visita imprescindible en la ciudad es la del Castillo de Guzmán el Bueno. Te recomendamos que elijas la opción de visita guiada. Aprenderás mucho sobre la ciudad de Tarifa y su historia de forma muy amena. Las algo más de dos horas que dura la experiencia se pasan volando. Luego podrás ir a la Isla de las Palomas, el punto donde se besan el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico.
Por supuesto, no puedes dejar de pasear por sus inmensas playas. Hay una para cada ocasión: la enorme playa de Valdevaqueros, la playa del Cañuelo, la de Punta Paloma, con su enorme duna… Y si de dunas se trata, tienes que acercarte a la Duna de Bolonia y retroceder en el tiempo paseando por las únicas y maravillosas Ruinas Romanas de Baelo Claudia.

Desayuno tarifeño: pan macho o molletes marroquíes
Son muchas las opciones que ofrece la ciudad para desayunar. Difícil será no dar con algo que te guste: desde un tranvía (y no te hablamos de un medio de transporte) a la tradicional tostada. Pero si hay algo que te recomendamos comer y comprar para llevar a casa es el Pan Macho y los molletes marroquíes. El primero lo encontrarás en muchas panaderías y pastelerías de la ciudad, los segundos los tienes en la Pastelería Bernal, un obrador que lleva funcionando desde el año y en el que no es difícil ver cola para comprar dulces por la tarde.
Si eres de los que prefiere un brunch, batidos varios, zumos o algo con mucha proteína para reponer las energías gastadas, te recomendamos que vayas a Andrea’s Brunch: pequeño, coqueto, simpático y con muchísima variedad.


Tarifa al atardecer: chiringuitos
Si algo no falta en Tarifa son chiringuitos para las largas tardes de verano o para disfrutar del atardecer Mojito en mano. No sufras si lo de beber alcohol no va contigo porque las opciones para tomar zumos naturales en esta zona son tan largas que te costará decidir.
Algunos de la Playa de Valdevaqueros como el Tumbao, Afrikana o Bibo cierran la temporada bien pronto, así que no los tendrás si pasas por esta zona en otoño o invierno. Pero otros de la cercana Playa de los Lances como Carbones 13 o Waikiki te estarán esperando con unas puestas de sol de las que no se olvidan. Si lo que quieres es tranquilidad, en una zona apartada, aunque el sol no se disfrute tan bien, cógete un libro y acércate a los Jardines del Hotel Hurricane. En algunas zonas nos recordó a nuestro amado Tree House Bar en la isla Tailandesa de Koh Phanghan.



Comer en Tarifa: Bares, Ventas y Restaurantes
Además de playas, viento y chiringuitos, Tarifa está llena de opciones variadas donde comer: desde la venta más tradicional hasta el local más cool de cocina internacional. Nosotros vamos a darte cuatro opciones para que te quedes con la que más se ajuste a ti o para que tengas distintas posibilidades si pasas en la ciudad más de un día.
Ventorrillo «El Nene» (Carretera Facinas-Los Barrios, Km. 1,5 – 956 68 70 20)
El Ventorrillo “El Nene” en Facinas es una de esas ventas en las que se ha parado el tiempo. No hay más que ver la decoración y los parroquianos con sus cafés y chupitos “digestivos” en las terrazas exteriores. Trato familiar, brasas estupendas, buenas verduras y cuchareo. También podrás elegir carne de caza, en temporada y por supuesto, retinto, que no sólo de atún se vive en Cádiz. Para empezar no te pierdas su Atún en manteca y el tremendo Tomate de Conil aliñado con jamón ibérico. Luego querrás meterle mano al Chuletón de vaca retinta. Seguro.


Restaurante El Albero (El Lentiscal, s/n – 956 68 85 17)
No os vamos a engañar, habíamos llegado hasta aquí buscando las Patatas al romero con huevos y langosta, pero tienen que ser por encargo. Lejos de decepcionarnos, nos hemos marchado con la convicción de que pronto hay que volver. Su magnífico Calamar relleno ya es una razón por sí solo, pero os voy a dar otras dos: unas soberbias Alcachofas naturales (tiernas y crujientes) rellenas, con una estupenda salsa de gambas y unas perfectas Tortillitas de arrastre (con camarones, gambitas, algas…). Además, puedes dejarte tentar por las resultonas Croquetas de gambas y choco. El personal es absolutamente encantador. Un lugar muy familiar, sencillo, con comedor y terraza agradable.

Taberna La Morena (Plaza de la Paz, 2 – 956 74 69 07)
Un equipo al que se le nota que le gusta lo que hace y lo hace muy bien, vaya que sí. Muchos platillos viajeros con buenísima mano en cocina y una fusión muy bien entendida, centrado en el producto de la zona: Wantoon de choco con all i oli de tomate y su tinta, Bao de pringá jerezana, pepino encurtido y comino, Tacos de retinta pibil y una Cheesecake de quitarse el sombrero. Especial mención a la agradable atención en sala, tan olvidada a veces.

Bar El Francés (C/ Sancho IV El Braco, 21a – 685 85 7005)
Aunque las Bravas del Bar El Francés son una de sus tapas más demandadas, no son su único reclamo. Los champis rellenos de queso, las albóndigas o los montaditos de atún son otra buena razón para venir. Atentos a las sugerencias del día. Nosotros disfrutamos un estupendo borriquete y no sabríamos si quedarnos con el pescado o con las verduras que lo acompañaban. El servicio es atento y muy amable. Como se llena rápido y no reservan, ya sabes, ¡ven pronto!


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