Olivenza, incluido entre los pueblos más bonitos de España en 2020, es una joya a medio camino entre España y Portugal. Su pasado portugués se ve en sus suelos, iglesias, chimeneas… y, ¿cómo no? ¡gastronomía! Esta ciudad histórica, de sabores únicos, rica en historia y cultura, es perfecta para una escapada de fin de semana, pero si no te queda tan cerca, intenta incluirla en alguna de tus rutas al país vecino o en algún viaje más largo por la provincia de Badajoz. ¿Te han entrado ganas de visitar Olivenza próximamente? Te dejamos algunas propuestas para llenar tu visita de sabores únicos en una ciudad histórica.

Comenzar el día en la Dulcería La Chimenea
Seas dulcero o no, comenzar el día tranquilamente en esta hermosa casa remodelada es un regalo. Está llena de rincones bonitos. No sabrás dónde hacer fotos. Como reza en sus paredes: «Una vieja casa descansando en murallas medievales. Pedazos de historia y arte desvelados. Sabores de infancia, aroma de siglos. Pequeños momentos en nuestro viaje.» Tomamos una Isabela, un bollo de leche super esponjoso con un toque de coco, que me pareció riquísimo por su suave textura y por no ser demasiado dulce, justo como me gusta.
Si prefieres algo más tradicional, El Caldero es tu sitio. Podrás acompañar el café con una Media de jamón o unas Migas, sí, como lo escuchas. Lo de desayunar migas por esta parte de la geografía española no es nada raro.


Recorrer el centro histórico
Tras el desayuno ya estamos preparados para caminar por sus empedradas y estrechas calles de fachadas encaladas, donde los azulejos y las murallas son protagonistas. En tu paseo no te pierdas la iglesia de la Magdalena, con grandes columnas torneadas y azulejos historiados, ni la portada manuelina del Ayuntamiento…
Tampoco te dejes atrás Santa María del Castillo, la Capilla del Espíritu Santo, con toda la nave recubierta de azulejos de cerámica o la Puerta del Calvario, la más impresionante de las tres que quedan de la muralla.



Visitar el Alcázar y la Torre del Homenaje de Olivenza
Mención aparte merecen el Alcázar y la Torre del Homenaje, uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Puedes visitar sus murallas, torres y patio de armas y disfrutar de las vistas desde lo alto de la fortaleza. La subida se hace por rampas, en lugar de por tradicionales escaleras, lo que facilita mucho la subida. Las vistas de los tejados del mismo Alcázar, de las casas que lo rodean y de las poblaciones cercanas son estupendas. En su interior alberga el bonito e interesante Museo Etnográfico González Santana, en el que nos hubiese encantado pasar más tiempo aprendiendo de los usos y costumbres de Olivenza desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Tienen escenas maravillosamente recreadas. Te gustará.



Hacer parada gastronómica en Casa Maila
Olivenza, como muchos pueblos y ciudades de Extremadura, es famosa por sus carnes ibéricas y embutidos, pero a Casa Maila, donde nos plantamos por este artículo de Jorge Guitián, llegamos con dos platos en mente: el Bacalao a la portuguesa, con una riquísima vinagreta y un rebozado cuya receta guardan celosamente y los Judiones con Rabo de Toro, gelatinoso, muy bien guisado, de los que se deshace en la boca. Su personal es amable y dispuesto y es de esos lugares que cuidan el aperitivo: buena Ensaladilla Rusa y Ensaladilla de Pulpo. Un acierto.
Tienen terraza, comedor y zona más informal con algunas mesas altas y barra y aunque tienen dos cartas diferentes, no ponen pegas a lo que se te antoje independientemente de donde te hayas sentado. Para otra ocasión dejamos el restaurante Dosca donde nos habían recomendado tapear y probar sus productos de matanza, esta vez no quedó hueco.

Comprar la Técula Mécula de Casa Fuentes
En Olivenza hay una gran variedad de dulces típicos de la región, como las perrunillas, uno de nuestros vicios extremeños que ya os hemos mencionado en más de una ocasión, pero el dulce rey en la localidad es la Técula Mécula, una tarta con base de hojaldre hecha de almendras, yema de huevo y azúcar, que probablemente tenga origen conventual y del que se tiene constancia desde 1942. Aunque Casa Fuentes no son los únicos que lo elaboran, sí son los únicos que pueden comercializarlo con ese nombre, vamos, que son los únicos que tienen su «copyright», para eso llevan tres generaciones elaborándolo y son ellos los que consiguieron la receta.
La verdad es que da gusto entrar a esta pastelería. Tiene ese toque antiguo que tanto nos gusta, con el mostrador lleno de ricuras y con un aire a tradición que se respira por todas partes. Está claro que Olivenza es una ciudad de sabores únicos.

Llenar el maletero en Saudade Olivenza
Tras empaparte de Olivenza solo quedaría decir adiós o si tienes algo más de tiempo, acercarte hasta el puente de Ajuda, que unía la ciudad con Elvas, de la que ya te hablamos en nuestra ruta de 5 días por el Alentejo portugués. Pero antes de salir, esperamos que llenes tu maleta de recuerdos gastronómicos, como nosotros hicimos y es que te lo ponen bien fácil. Justo enfrente de Casa Fuentes tienes Saudade Olivenza, un pequeña tienda, con mucho gusto, en la que compramos un Aceite Picual bien rico y un adictivo vinagre de cerezas. Tienes una buena colección de vinos, patés, cerámica… y son encantadores. Buen broche para despedir la ciudad, ¿no te parece?
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