Oporto, la segunda ciudad más grande de Portugal y una de las más encantadoras. Su rica historia, hermosa arquitectura y, por supuesto, su vino y comida hacen de Oporto un destino turístico ideal. Oporto es una ciudad vibrante y llena de vida. Hay mucho que ver y hacer en esta ciudad portuguesa, desde probar la comida y el vino local hasta explorar su patrimonio cultural. ¡No dudes en incluir en tu itinerario estos 11 planes para disfrutar en Oporto!

1. Visitar alguna bodega
Oporto es famosa por su vino. No vayas pensando en vino blanco ni tinto, el vino de Oporto pertenece al género de vinos fortificados. Es más para tomar como aperitivo o digestivo que para acompañar la comida. Estos vinos nacieron en los siglos XVI y XVII, como producto de la adición de aguardiente. De esta forma se conseguía que resistiesen los largos trayectos marítimos de la época.
Seas amante del vino o no, una visita a las bodegas de Oporto es una de las actividades imprescindibles. En Vila Nova de Gaia, al otro lado del río Duero, encontrarás muchas bodegas que ofrecen degustaciones y visitas guiadas. Las hay para todos los gustos: con vistas maravillosas, con visitas a tu aire, pequeñas, grandes… Si visitas Oporto en temporada alta, asegúrate de reservar con tiempo suficiente porque se agotan.
La primera vez que visitamos Oporto optamos por visitar Sandeman, una de las más conocidas. En esta ocasión nos apetecía algo más personal y nos decantamos por Ferreira. Aunque no fue ni tan pequeño ni tan personal como habíamos pensado en un primer momento, nos gustó. Sin ser una visita muy especializada, te sirve para hacerte una buena idea. En su interior, se cuenta la historia de Porto Ferreira desde 1751. Destaca la gran aportación de Dona Antónia Adelaide Ferreira al sector y, por supuesto, a los vinos de Porto Ferreira. Recorre el largo almacén lleno de barricas y “balseiros” que envejecen el vino, pasa por la Sala Vintage y el jardín. La visita termina con la cata de tres categorías diferentes: Blanco, Ruby y Tawny.
2. Recorrer sus bares y tabernas
Hemos disfrutado especialmente con el vinho verde, muy maltratado en ocasiones. Sin embargo, no hay más que bucear un poco para encontrar botellas más que agradables. Tampoco hemos dicho que no a los tintos y blancos del Valle del Douro, visita que tenemos pendiente y que esperamos hacer pronto. Para probar vinos portugueses de distintas regiones en un buen ambiente y con personal especializado que te ayude, te hacemos tres propuestas:
- A Garrafeira Wine House, alejado de la zona más turística, pero con una céntrica localización. Disponen de una espectacular tienda para comprar y llevar a casa o tomar allí. Si has venido en coche, no dudes en pasarte para comprar. Hablan español, son muy amables y también puedes acompañar tu bebida de conservas y platos sencillos.
- Aduela Taberna Bar, en una de las zonas más ambientadas de Oporto. De ambiente más alternativo, con una gran terraza, interior muy agradable y buenos precios. Se pone a tope, pero hay bastante rotación, por lo que, si esperas un ratito, encontrarás donde acoplarte. Elige alguno de los vinos de su atractiva pizarra y acompáñalos de las tablas de quesos y embutidos «más que generosas» que ofrecen.
- Wine Quay Bar, con una terraza de lo más solicitada. Sus vistas al atardecer son una maravilla. Ve algo antes del atardecer, te será más fácil encontrar sitio. Una vez acomodado, estira un poco disfrutando de sus ricos quesos o tapas. Los precios son algo más altos, pero nada desorbitados teniendo en cuenta donde está. El personal es muy amable y se presta a aconsejar con gusto.

3. Buscar el mejor Pasteis de Nata
Los “pasteis de nata” son una perdición, da igual que no seas muy de dulce. Esa combinación de hojaldre crujiente, crema templadita (y si te gusta, canela espolvoreada) es tan irresistible como adictiva. Hay que tener voluntad de hierro para no comerse varios de una sentada. Te recomendamos tres sitios para comerlos:
- Manteigaria. Puedes ver cómo los elaboran a través de su inmensa cristalera, tomarlos allí o comprarlos para llevar. Venden tantos que siempre los tendrás recién hechos.
- Fabrica de Nata. Nos gusta más el local de Bolhão con menos gente, menos turistas y un ambiente más tranquilo. Si los tomas allí, sube a la última planta y busca sitio cerca de las cristaleras, verás qué agradable.
- Confiteria do Bolhao: un café clásico de los que cada vez quedan menos en Portugal, pero que tanto se disfrutan por su ambiente y decoración.


4. Deleitarse con sus azulejos
Si hay algo especial en Portugal son sus preciosos azulejos en fachadas y templos. En una «caza» de azulejos por la ciudad de Oporto no puede faltar la fachada de la iglesia de San Ildefonso, la Estación de São Bento, cuyos azulejos blanquiazules narran la historia de Portugal, el Palacio Atlántico, el Gran Bazar de Oporto, el Mercado de Bolhão, el Café A Brasileira o la Capilla de las Almas, con gente posando a todas horas.
Eso sí, si quieres una foto en la que no tengas que hacer equilibrios entre los coches, con menos gente y más tranquila, no tienes más que visitar la Catedral o acercarte a la iglesia do Carmo. Y si lo tuyo es el colorido, más que la tradición, no puedes dejarte atrás el colorido mural de azulejos de Joana Vasconcelos.
Si andas corto de tiempo o crees que no serás capaz de encontrarlos todos, puedes reservar una visita guiada con algún guía local.
5. Comerse un buen bocadillo
El bocadillo en Oporto es religión. Si tú también eres de los que se pierde por un buen pan con un relleno de rechupete, aquí tienes los más famosos:
- Cachorrinho: bocadillo con pan extra crujiente y salchicha. Cervejaria Gazela es la reina de este bocado. Cuenta con dos locales en Oporto muy cerca uno de otro. Con el ambiente de los locales de toda la vida, aquí no hay duda. Hay que pedir una cerveza de grifo, que tiran realmente bien, y un Cachorrinho (o dos).
- Bifana: carne de cerdo marinada con un punto picante. Un buen sitio para comerla es la terraza del Fútbol Club Guindalense. El el local de enfrente tampoco andarás mal, pero aquí las vistas son mejores.
- Prego en pao: Ternera y queso fundido. Tapas de Batalha, que en principio puede pasar algo desapercibido, es tu sitio. Carne deliciosa en el punto perfecto, mucha amabilidad y hasta un Porto Tonic, si te apetece.
- Sande de Pernil: bocadillo de pierna de cerdo asada de Casa Guedes. Si hay un bocadillo mítico e imprescindible es este. El local que más nos gusta es el de Casa Guedes Tradicional. El otro que tienen en la misma plaza es demasiado turístico y ruidoso.

6. Pasear por las playas de Foz do Douro
Con buen tiempo escapar a las playas de Foz do Douro puede ser un soplo de aire fresco. Ya sea para bañarse, si te animas a meter el pie en sus frías aguas, o para pasear, te va a gustar. El recorrido será de 20 a 30 minutos dependiendo del medio de transporte que elijas. Si no has venido en coche, no temas. La línea número 18 te llevará desde Praça da Liberdade hasta las playas de Foz.
Lo que era un un sencillo barrio de pescadores en la desembocadura del río Duero se ha convertido en una zona bastante exclusiva. Empieza en el Faro de Felgueiras, un antiguo faro que ofrece vistas impresionantes del océano y de la costa de Foz. Desde allí, camina por el paseo marítimo hasta llegar a la Praia do Molhe, una playa de arena fina y aguas cristalinas. Continúa por el paseo marítimo hasta llegar al Jardim do Passeio Alegre, y desde allí, camina hasta la Fortaleza de São João Baptista da Foz, una fortaleza del siglo XVI que ofrecía protección contra los ataques marítimos.

7. Buscar el mejor atardecer
Buscar el atardecer perfecto es la obsesión de muchos al llegar a esta bonita ciudad. Para que lo tengas fácil vamos a proponerte tres atardeceres para tres estilos distintos. Eso sí, hay tantos miradores y terrazas que seguro que encuentras el tuyo:
- La tranquila terraza de Rooftop Flores con bonita vistas de la catedral. No son muy rápidos sirviendo, pero…¿quién tiene prisa cuando estás tumbado y relajado y tienes esas bonitas vistas?
- El Jardim do Morro, en Vila Nova de Gaia, justo al otro lado del río Duero. Desde aquí puedes disfrutar de unas vistas panorámicas de Oporto y del río, muy solicitadas al atardecer.
- La terraza del Club Guindalense: un rincón informal, ruidoso, con mucho ambiente joven y unas vistas fabulosas del Puente y de Vilanova de Gaia.

8. Disfrutar en sus restaurantes
En la locura turística que se ha convertido la Ribeira de Oporto no siempre es fácil encontrar un buen restaurante. Así que Casario aparece como una opción fantástica para disfrutar de una excelente cocina con un servicio cercano, atento y profesional. Puedes elegir Menú Degustación o elegir los platos de la carta que más te gusten con la excelente ayuda de su personal de sala. Si eliges la segunda opción, no dejes atrás los Calamares rellenos, el Cerdo acompañado de legumbres y verduras o el Puré de patata trufado con espárrago, yema de huevo y queso Azores.
Y si te alojas cerca de Bolhao o vienes hasta aquí par hacer compras en su bonito mercado, Almeja es, sin duda, una de las mejores opciones. En un espacio entrañable, muy acogedor y con un servicio tremendamente atento, el chef João Cura ofrece una cocina con varias posibilidades que exploraremos más la próxima vez que vengamos. En esta visita nos decantamos por el Menú Trindade, que ofrecen a mediodía. Una opción económica y rápida para conocer unas pinceladas de su cocina.

9. Hacer compras gastronómicas
Oporto es conocida por sus productos locales de alta calidad. Nosotros siempre aprovechamos para comprar conservas, vino, queso, embutidos de Porco Preto, café y piripiri. Estas tiendas te servirán para llenar tu coche a la vuelta o, si te alojas en un apartamento, para disfrutar de una fantástica cena local después de todo el día pateando. Te aseguro que en Oporto se camina mucho.
- Mercado do Bolhão: uno de los mercados más antiguos y emblemáticos de la ciudad, ubicado en el centro histórico. Hay una gran variedad de productos frescos y locales, desde frutas y verduras hasta pescados y mariscos, quesos, panes y otros productos típicos de la región. Tras la reforma, ha abierto sus puertas más joven que nunca.
- A Vida Portuguesa: ubicada en el centro histórico de Porto y ofrece una amplia selección de productos portugueses tradicionales, desde conservas y dulces hasta productos de belleza y artesanía.
- Garrafeira do Carmo: en el barrio de Carmo, esta bodega, además de un buen bar, es un buen lugar para comprar vinos portugueses de alta calidad, incluyendo vinos de Oporto y vinos del Douro.
- Confeitaria do Bolhão: cerca del Mercado do Bolhão. Famosa por sus dulces tradicionales portugueses, como los pasteles de nata y los bolos de arroz.
- A Perla do Bolhao: quizá la tienda más bonita de la ciudad. Que no te eche intimide su bonita fachada art nouveau cubierta de azulejos. Lo más interesante está en el interior: toda clase de delicias y una atención estupenda
- Mercearia do Bolhao: su fachada verde es el reclamo para que entres y llenes tus bolsas de bacalao, queso, vinos o embutidos.
Y, aunque no será lo mismo, ni tan personal, ni de tanta calidad, tienes los supermercados Pingo Doce, donde también merece la pena echar un vistazo. Una cajita de minis de Super Bock no le hace daño a nadie 😉

10. Buscar su mejor arte callejero
Pues sí, el Street Art o Arte Callejero ha llegado para quedarse y en Oporto se ha acomodado bastante bien. El Half Rabbit, un conejo gigante situado en la esquina de la rua Guilherme Gomes Fernandes, parece ser el que atrae todas las miradas, pero son muchos los que puedes fotografiar o simplemente admirar. Desde una pintura de 150 metros cuadrados en honor a Don Quijote y Sancho Panza al gran mural de MrDheo y Hazul Luzah en la vanguardista Estación de Trindade o el Gato Azul en la bonita Rúa das Flores.

11. Huir de turistadas
Lo siento. Alguien te lo tenía que decir, pero Oporto es turístico a más no poder. Han pasado casi 20 años desde nuestra anterior visita y no es lo que era, ¿pero qué ciudad lo es veinte años después?Así que como pasa en todas la ciudades donde los turistas acudimos en masa, siempre hay cosas que te venden como imprescindibles y que, bajo nuestro punto de vista, no merecen la pena.
La francesinha, ese sándwich típico consistente en pan tostado relleno de jamón, salchicha, carne y queso fundido, todo bañado en una salsa picante y que venden como «el plato que no te puedes perder», me parece una cochinada. Puede que me equivoque porque no he llegado a probarlo, pero me echa para atrás. Sitios como La Livraria Lello, La Torre dos Clérigos o el Café Majestic están llenos sea la hora del día que sea y siempre hay que hacer cola e ir al ritmo de la multitud. A mi así me cuesta disfrutar así que preferimos perdernos por pequeñas librerías y cafés donde sí se respira el pulso de la ciudad.
La zona de Vila Nova de Gaia se ha convertido en muchos rincones en un decorado de cartón piedra. No te quedes en el paseo y callejea por el interior, te alegrarás. Pasa del que te diga que la Casa del Bacalao es un imprescindible. El precio por un vino y una croqueta es una tomadura de pelo y no hay nada original en ese espacio, como tampoco lo hay en las cientos de latas con tu fecha de nacimiento.
Callejea por las calles traseras de la catedral. Sube desde la Ribeira y piérdete entre casas típicas y redes de marineros, entra en tascas y habla con su gente, conoce los vinos de la zona y mira hacia arriba, muchos edificios están llenos de carteles preciosos y auténticos.






Alojamiento
¿Quieres saber dónde nos alojamos? En estancias largas siempre preferimos un apartamento. Priorizamos el espacio y la comodidad (y el placer) de ir al mercado o a algún súper o tienda local y cocinar algo en casa si no nos apetece salir por la noche. Empezar el día desayunando tranquilamente sin tener que andar buscando dónde si es que el desayuno del hotel no nos convence también es un plus.
Para explorar el norte de Portugal nos hemos alojado en LF Porto Alfazema by Flat in Porto, en la zona de Bolhão. Nos ha resultado muy cómodo no tener que callejear por el centro de Oporto, que con las obras del metro está imposible y alojarnos en una zona menos bulliciosa y con mucha oferta gastronómica alrededor.
La reserva la hicimos con booking bastante a última hora porque el destino fue un poco “last minute decision” y nos resulta un buscador muy cómodo en estos casos, aunque hacer la reserva de forma directa es siempre lo mejor.
¿Te animas a visitar Oporto? ¡Cuéntanos!

Voy a Oporto en unos días y me ha encantó tu artículo. Muy útil y con muy buenas recomendaciones. ¡Gracias! 🙂
¡Muchas gracias!!! Espero que disfrutes mucho. Ya nos contarás.