Múnich es una ciudad que disfrutamos muchísimo y a la que volveríamos mucho si no fuese por sus altos precios. Aunque llegarás con la idea de que aquí sólo se comen salchichas, abre tu mente, la gastronomía alemana, al igual que la austriaca, que probamos días después, tiene mucho que ofrecer. Pasteles de carne o embutido, codillo de cerdo con patata y chucrut, ñoquis con salsa de queso y cebolla frita, bolas rellenas de carne o mermelada de ciruela o sus riquísimos pescados ligeramente ahumados acompañados de salsa agria. Especial atención merecen sus cervezas: helles, la más clara; dunkel, un poco más oscura, schwarzbier, cerveza negra y weissbier, cerveza de trigo. ¡Prueba y encuentra la tuya! Aquí tienes cinco direcciones para comer y beber en Múnich que no deberías perderte: dos famosas cervecerías, un restaurante tradicional, un mercado y un café. ¿Te vienes con nosotros?

Ratskeller: la tradición en Múnich
Ratskeller es un bonito y céntrico restaurante con buena comida tradicional, servicio esmerado y precios muy contenidos, tratándose de Múnich. Tiene numerosos salones que merece la pena recorrer antes de decidir donde sentarse. Nosotros elegimos uno de los primeros iluminado con velas y una luz muy tenue que creaba un ambiente muy íntimo y agradable.
La carta está en cinco idiomas, así que si lo tuyo no es el alemán, no te preocupes. En la cerveza, nos dejamos aconsejar por nuestro atento camarero y respecto a la cena, optamos por Asado agrio de Franconia con guarnición de Col Lombarda y Asado de Cerdo con Ensalada de Col y Tocino. Realmente buenos los dos, aunque si tuviéramos que decidir, nos quedaríamos con el Asado Agrio; carne melosa, que se derretía en la boca con una salsa espectacular.
Para los que os gusta el fútbol, una pequeña anécdota. Éste es el restaurante elegido por el FC Bayern München para sus celebraciones. Suelen reservarlo para ellos y así, antes o después del homenaje gastronómico, salen al balcón del ayuntamiento a enseñar el trofeo.
¿Dónde? Marienplatz 8



Hofbräuhaus München: la cervecería por excelencia
La Hofbräuhaus es una de las cervecerías más famosas del mundo. Poca gente pasa por esta ciudad sin visitarla, sea cervecero o no. Sin duda, es una de las cinco direcciones para comer y beber en Múnich. Su origen se remonta a 1589, cuando era la fábrica de cerveza que abastecía a la familia Wittelsbach. En 1828 fue trasladada y abrió al público, convirtiéndose en el centro de la vida pública y política de Múnich.
La cervecería está irremediablemente unida a la historia de la ciudad. Aquí es donde Hitler dio alguno de sus discursos antes de llegar al poder y aquí es donde se realizaban las reuniones del Partido Obrero Alemán. Durante los bombardeos de 1945 quedó totalmente destruida y fue en 1958 cuando se inauguró el edificio actual.

Si lo que vas buscando es una cervecería tranquila, con buen servicio y comida bávara excelente a buen precio, este no es tu sitio. Pero si lo que quieres es conocer el ambiente del Oktoberfest, sentarte en largas mesas de madera, comer generosas raciones acompañadas de un pretzel, brindar con enormes jarras de cerveza, ver a la gente con su traje típico y escucharlos cantar al ritmo de la orquesta mientras golpean las mesas con sus jarras, no lo dudes, quédate aquí.
La Hofbräuhaus es enorme. Cada día pasan por ella unas 35.000 personas que se distribuyen entre la jaleosa planta baja, la tranquila taberna de la primera planta, algunos de los salones que se ofrecen para eventos privados, el jardín de la cerveza o la impresionante Sala del Festival, en la última planta.
Es curiosa la zona de socios, donde cada uno guarda su jarra bajo llave y donde disponen de una pila para lavarlas. Hay mesas de socios donde puedes sentarte mientras ellos no estén, pero si llegan, ya puedes ir levantándote. No creas que es fácil ser socio. Tienes que demostrar que en tus venas tienes cinco generaciones de sangre bávara.
¿Dónde? Platz 9

Zum Augustiner: la cerveza más antigua de la ciudad
A solo un paso de Karlplatz o Stachus, como se la conoce popularmente, se encuentra Zum Agustiner, restaurante de enormes dimensiones con la cerveza más antigua de Múnich. La Augustiner Bräu nació en 1328 y es uno de los símbolos económicos y sociales de la ciudad. Su cerveza suave y su buen precio la convierte en una de las favoritas de los jóvenes.
Como en casi todas las cervecerías tradicionales, son muchos los ambientes y salones que ofrece. Tienen un menú fijo y distintas especialidades que cambian según el día de la semana o la temporada. La carta está salpicada de especialidades bávaras: guisos de cerdo, codillo, salchichas… Nosotros disfrutamos de dos de las recomendaciones del día: Pollo asado con ensalada y Arenque ahumado con manzana, cebolleta y salsa agria. Todo un acierto, los dos platos estaban realmente buenos y disfrutamos de un ambiente más sosegado que en Hofbräuhaus.
¿Dónde? Neuhauserstr 27



Viktualienmarkt: el mercado más famoso de Múnich
Una de las cosas que más nos han llamado la atención de Múnich es la cantidad de Biergarten y el gran número de personas que se sientan en sus mesas al aire libre, aunque no haga muy buen tiempo. En estas zonas al aire libre, el cliente puede llevar su propia comida y solo paga la bebida. Suelen tener grandes bancos corridos de madera y estar bajo castaños. Fíjate en el tamaño de los árboles, ellos nos indicará la edad del Biergarten.
Uno de los más concurridos se encuentra en el Viktualienmarkt, un «mercado de viandas» situado en pleno centro y presidido por el famoso «árbol de mayo». Estos palos decorados se utilizaban antiguamente para indicar qué había en el mercado a las personas que no sabían leer.
Lo bueno de venir aquí es la vidilla que hay, el colorido, los olores… Hay fruterías, verdulerías, queserías, tiendas de encurtidos, frutos secos, especias, floristerías, alguna que otra pescadería y ¿cómo no? charcuterías donde comprar y degustar las típicas salchichas. Esta es otra de esas 5 disecciones en las que beber y comer en Múnich.
¿Dónde? Viktualienmarkt 3



Schmalznudel – Café Frischhut: la mejor bollería bávara
El Café Frischhut, también conocido como Schmalznudel, se encuentra a escasos metros de Viktualiernmarket y es uno de los más populares de la ciudad por la tradicional bollería bávara. Fríen cientos a diario y puedes ver cómo los hacen a través del cristal.
Tienes la opción de comprarlos para llevar o tomarlos en la cafetería por un suplemento. Antes de morderlos pensaba que me iba a encontrar con algo parecido a un donut, pero no, la masa era bastante ligera, más parecida a un churro.
El servicio es muy agradable, te explica todo amablemente y el interior es muy tradicional, decorado casi íntegramente en madera. El ambiente es muy relajado y el olor a café y a dulces inunda todos los rincones. Nos pareció un sitio genial para refugiarnos de la lluvia.
¿Dónde? Pralat-Zistl-Str. 8

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