Entrar en la Finca La Sanguijuela es entrar en un mar de sensaciones. Imaginamos que así se sentiría Friedrich Schatz el día que llegó a estas tierras y, casualidades del destino, vio como las siglas de esta finca coincidían con las de su apellido. Está claro que las hadas se habían «compinchado» para ponerla en su camino porque el vino que aquí se hace no es un vino cualquiera, es un vino tocado por hadas y ángeles.
Nosotros lo conocimos por casualidad. Unas botellas llegaron a casa hace bastantes años, cuando mi padre comentó que al parecer estaban haciendo «algo de vino» en Ronda. Las abrimos y todos dijimos «¡jolin, algo de vino! ¿quién hace esto?» Desde entonces siempre habíamos tenido muchas ganas de visitar la bodega.

La visita con Milamores
Desde el momento que escribes a la bodega sabes que esta visita va a ser especial. Friedrich, o como todos lo conocen en Ronda, Federico, nos puso en contacto con Antonio, de la Empresa Milamores, encargado de enseñar la finca, explicar las distintas variedades de uva que plantan, el proceso de elaboración del vino y dirigir la cata. El nombre de la empresa está requetebién elegido porque la verdad es que Antonio nos atendió de «mil amores» y disfrutamos de una mañana estupenda.
Yo ya sabía a lo que venía y era a llevarme «La Colección» debajo del brazo. ¿Qué le vamos a hacer? Pero es que estoy encaprichada del Chardonnay y el Rosado elaborado con Moscatel Negra que Schatz produce y se agotan tan pronto que comprar la colección era la única forma de conseguirlos. Para ello tendré que sacrificarme 😉 tomando Acinipo, que alguien me ha chivado es el favorito de Federico, Pinot Noir, Finca La Sanguijuela y una maravilla de Petit Verdot para esas noches de manta, libro y vino.
La colección
Me encanta esa caja. Te sientes como Gollum en El Señor de los Anillos. Sí, ya sabéis, el de «mi tesoro…» y es genial encontrar las fichas de catas con la elaboración de cada uno, la pluviosidad, las horas de sol… Porque sí, porque tienen toda la razón, porque los vinos no pueden saber exactamente igual todos los años, porque es necesario volver a lo natural y beber «uvas y sólo uvas», porque es necesario cuidar lo que le damos a nuestro cuerpo…
La razón de porqué estos vinos son especiales es sencilla: familia, trabajo, cariño, esfuerzo… nada se deja a la improvisación. Todo se mima, todo se piensa, todo se siente…
El año pasado cambiaron las etiquetas de los vinos y aunque estas nos parecían muy elegantes y nos gustaba el juego de las iniciales, hay que reconocer que las que las nuevas que han elegido son preciosas y los representan muy bien. Mucho me temo que tendremos que volver a por otra «caja del tesoro».
Bodegas F-Schatz
http://f-schatz.com
bodega@f-schatz.com
Finca La Sanguijuela s/n
Ronda
(Málaga)
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