Aunque nuestra intención inicial era recorrer la comarca de Tentudía, siguiendo los consejos de la persona que tan amablemente nos atendió en la Oficina de Turismo de Monesterio, decidimos añadir alguna localidad más como Fregenal de la Sierra, Llerena y Zafra y así dejaros algunas recomendaciones de dónde comer y qué ver en el sur de Badajoz. Es una zona que solo habíamos rozado, cuando paramos en Jerez de los Caballeros en nuestra ruta de 5 días por el Alentejo portugués y que nos había dejado muy buen sabor de boca.
¿Te gusta hacer turismo tranquilo, recorriendo pequeños pueblos, conventos, castillos, espacios naturales, gente amable, historia y buena gastronomía? En ese caso la provincia de Badajoz te ofrece infinitas posibilidades. Es una zona muy extensa, perfecta para ir descubriendo en pequeñas escapadas. ¡Te enseñamos un trocito!

Día 1: Monesterio
Monesterio es una localidad pequeña que destaca por sus embutidos ibéricos de gran calidad. Quizá no sea la más monumental de las localidades que visitamos, pero tiene una localización perfecta para recorrer el sur de la provincia. Nuestro campamento base fueron los recién estrenados Oikos Apartamentos Turísticos, totalmente recomendables por amabilidad y comodidad. Disponen de ocho alojamientos de distintos tamaños a los que no falta un detalle, restaurante, una muy agradable terraza al aire libre en la última planta, spa y servicio de masajes. Deja un par de horas en tu viaje para regalarte uno.
En Monesterio aterrizamos directos en la cocina de Honky Tonk Taberna Extremeña: un proyecto joven, dinámico y entusiasta que ofrece platos y productos de la zona usando técnicas y presentaciones modernas. ¿Naranjas y chorizo en un mismo plato? ¡Dí sí! La razón: Ensalada Extremeña. Añade un buen huevo campero y no te quedará otra que chuparte los dedos. Apunta también el Cochinillo ibérico confitado. Lo elaboran ellos y está para no compartirlo con nadie. Su carta de bebidas habla de la zona: vinos y cervezas extremeñas para maridar cada propuesta.


La tarde es el momento perfecto para aprender más sobre un producto que comeríamos a diario: ¡el jamón ibérico! En el Museo del Jamón de Monesterio puedes hacer un buen recorrido por la historia y tradición del cerdo ibérico. En el se explica todo el proceso de alimentación de este animal, las especies vegetales que componen la dehesa… Y del museo, a un buen callejeo que te lleve hasta su iglesia.
Si has conseguido hacer hambre, tienes que pasar por El Rinconcillo. Su carta deja claro dónde estás (ibéricos, perdiz de tiro, boletus, conejo, quesos de la zona…) y esto nos gusta. Disfrutamos como niños el Salteado de Boletus con huevo cocinado a baja temperatura y velo de Papada ibérica y los Tacos de Presa Ibérica con Aceite de Pistachos y patatas al horno.

Día 2: Calera de León, Segura de León, Fregenal de la Sierra
A un paso de Monesterio, por una preciosa carretera en la que ir empapándose de la dehesa extremeña, llegarás a Calera de León. Su edificio más representativo es Conventual Santiaguista, del que por desgracia solo puede verse el exterior hasta que terminen las obras de acondicionamiento del tejado. Aún así merece la pena parar antes de subir al Monasterio de Tentudía (2€ la entrada que te cobrarán en monedas, nada de tarjetas ni bizum, algo muy común en toda la zona). El interior conserva un bonito claustro de estilo mudéjar y un retablo en azulejo del ceramista Niculoso Pisano. Las vistas son también dignas de disfrutar con tranquilidad.
Tras bajar del punto más alto de la comarca, hay que poner rumbo a Segura de León para ver su Castillo, magníficamente conservado. Si quieres asegurarte la visita, mejor llamar antes. Es un punto estupendo para contemplar, sin prisa, las vistas del pueblo y los alrededores. Si te llega la hora de comer, puedes disfrutar sin lujos, pero con «alma» en alguno de los bares del pueblo. Nosotros nos tomamos un riquísimo Bacalao Dorado y unas Castañetas fabulosas en el Bar Manolo. ¿Que no sabes lo que son las castañetas? Son las glándulas salivares de los cerdos. Su textura es parecida a la de las mollejas. No seas prejuicios y pruébalas. A la plancha, con un punto de sal, son una delicia.


La tarde hay que dedicársela a Fregenal de la Sierra, declarada ciudad de interés historico artístico en 1991. Lo que más llama la atención es el uso que se ha dado a la antigua fortaleza templaria del siglo XIII: mercado de abastos, plaza de toros, iglesia y casa parroquial. No te dejes atrás el barrio de Santa Ana, lleno de preciosas casas solariegas y edificios del siglo XVI, la Fuente de la Fontanilla o el Museo de Arte Contemporáneo, ubicado en el Convento de San Francisco. Si eres dulcero, tienes parada obligatoria en el Convento de Nuestra Señora de la Paz. Lo de la repostería conventual en esta zona es cosa seria.

Día 3: Llerena y Zafra
Llerena bien se puede visitar la tarde que os acerquéis a ver la Mina de la Jayona, La Ermita de la Virgen del Ara y el Teatro Regina Turdulorum porque está bastante cerca, pero no había entradas en la mina hasta el último de nuestros días por esta zona y como marchábamos por la tarde, decidimos adelantar la visita. Sin duda, es una localidad que no puede faltar cuando hablamos de dónde comer y qué ver en el sur de Badajoz. Para empezar bien el día desayuna en el Hotel Rural La Fábrica, una antigua harinera convertida en hotel y que sirve unas estupendas tostadas con buen jamón.
Declarada de interés histórico artístico por su singularidad y belleza, Llerena conserva un rico patrimonio. En su plaza mayor destaca la imponente figura de la Iglesia de Nuestra Señora de Granada. Otros lugares que no debes perderte son: la Biblioteca Municipal Arturo-Gazul, la Parroquia de Santiago Apóstol, el Convento de Santa Clara, donde ¿cómo no? también podrás comprar dulces, el Hospital de San Juan de Dios o el Palacio de los Zapata (antiguo tribunal de la inquisición).


La tarde se la dedicamos a Zafra, donde teníamos un objetivo claro: comprar perrunillas en el Convento de Santa Clara. Lo que no sabíamos es que aquí haríamos la comida más especial del viaje, sin desmerecer lo bien que habíamos comido hasta ahora. El Restaurante Acebuche nos hizo muy felices. No sabíamos mucho de su cocina, por lo que nos pareció bueno ponernos en sus manos con el Menú Confianza: Huevo relleno de ternera extremeña guisada, Empanaditas argentinas, Menestra fría con ajoblanco de acelga, Mejillones en escabeche, Tartar ibérico con torta frita, Malfatti con salsa de tomate… La culpa del disfrute la tienen Javier Gassibe y Carmen Pélaez. ¡Poned ya una chincheta en el mapa!
Luego solo nos quedó pasear la sonrisa por la Plaza Grande y la Plaza Chica, la Iglesia de la Candelaria o el antiguo Alcázar de los Duques de Feria, hoy Parador Nacional.


Día 4: Mina de la Jayona, Ermita de la Virgen del Ara, Teatro Regina Turdulorum
Fuente del Arco, en plena Sierra Morena, guarda tres tesoros de imprescindible visita. Para la Ermita de la Virgen del Ara y la Mina Jayona necesitas sacar entrada con antelación en su web. Por tan solo 2€ la entrada, pasarás la mañana descubriendo la preciosa ermita de finales del siglo XIV, conocida como «La Capilla Sixtina de Extremadura» por sus espectaculares frescos del siglo XVIII y la antigua mina de hierro abandonada en 1920 y declarada monumento natural en 1997. El entorno en el que está situado la mina es digno de ser disfrutado lentamente.
Para comer, la opción más popular y recomendada es el Mesón La Fuente, pero cerraba el día que fuimos, así que haciendo caso a los lugareños nos acercamos al Bar Santos a tomar su recomendadísimo Bacalao Fuentearqueño, rebozado y servido bajo una montaña de riquísimos pimientos y una espléndida Porrilla de Setas. Eso sí, una pena que pongan tan poco cuidado en la atención porque su cocina casera nos gustó mucho. Si vienes por aquí, no esperes manteles, ni lujos, ni un servicio esmerado; pero comer, comerás bien y a buen precio.

Antes de despedirte del Sur de Extremadura, visita la antigua Regina Turdurlorum, una importante ciudad romana fundada en el siglo I D.C. Hoy queda poco de ella, pero merece la pena pasear para admirar su imponente teatro y los restos del foro. La entrada es gratuita y todo el recorrido está muy bien indicado con paneles informativos. Si vienes en verano, anota su festival de teatro e infórmate de las entradas en su página web oficial.



Para otra ocasión queda Olivenza y volver con más tranquilidad a Jerez de los Caballeros, que tanto nos gustó y así seguir completando consejos y rutas sobre dónde comer y qué ver en el sur de Badajoz
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