Istria es una de las zonas más bonitas y calmadas de Croacia. Aunque no está libre de turismo, se respira más tranquilidad que en ciudades como Dubrovnik o Split y ofrece una buena cantidad de atractivos gastronómicos, además de ciudades preciosas, playas de aguas cristalinas, salpicadas del encanto italiano que le da haber pertenecido al país vecino hasta no hace tanto. Combinarlo con una visita a Eslovenia puede resultar ideal por cercanía y porque el país vecino ofrece un contrapunto de naturaleza y rutas perfecto. ¿Quieres algunas pistas sobre dónde comer en Istria para que preparar una escapada?

Buffet Trevisol, picoteo en Rovinj
Rovinj es probablemente uno de los pueblos más encantadores de Croacia. Su casco antiguo, de aspecto medieval, está lleno de multitud de rinconcitos adorables llenos de tiendas de artesanía o pequeñas galerías de arte. Tras visitar la Basílica, donde curiosamente se encuentra enterrada Santa Eufemia, la patrona ganadora de la ciudad de Antequera, con fantásticas vistas sobre el Adriático y las islas cercanas, tropezamos con este pequeño café-bar en el corazón del casco viejo.
Sacos y almohadas coloridas apoyados en los escalones, mesas pequeñas, buena música y San Servolo, cerveza artesana elaborada en Istria, hacen de este rincón una parada perfecta. Además, la oferta se completa con vinos, quesos y embutidos locales que te permiten hacer el aperitivo o comer de manera informal.
¿Dónde? Constantinijeve stube 2, Rovinj





Café Vero, parada técnica en Goznjan
Goznjan es un pequeño pueblo croata situado en lo alto de una colina. Sus callejuelas empedradas llenas de galerías de arte y las magníficas vistas de las colinas verdes de Istria lo convierten en una parada deliciosa. Si a ello sumas lo placentero que resulta caminar oyendo la música que sale del «Centro Internacional de Jóvenes Músicos», Groznjan se convierte en un lugar único para la relajación.
Si después de pasear por este diminuto pueblo, llegas a lo más alto, quedarás irremediablemente enamorado de las vistas y desearás alargar tu visita lo máximo posible. ¿Es demasiado temprano para disfrutar de una buena comida? Pues nada mejor que hacer un aperitivo al estilo mediterráneo, con quesos de la región, buen aceite, algunos tomates y aceitunas. Elige tu momento y tu estilo, pero seguro que te alegras de subrayarlo como uno de los lugares donde comer en Istria.
El Café Vero es una opción fabulosa para un picoteo informal y si bien es cierto que su interior es precioso, lo que pega en un bonito día de sol es la terraza. Istria también presume de producir buenos vinos: la malvasía istriana y la moscatel son las protagonistas de los blancos de la región. Y si no te van mucho estas variedades, siempre podrás disfrutar de una de las cervezas que se producen en el país.
¿Dónde? Corner 3, Groznjan

Kamene Price, aires alternativos en Bale
Tuvimos la gran suerte de alojarnos en Bale durante el Festival de Música que celebran en agosto. Un precioso pueblo con encantadores calles adoquinadas donde el turismo es fundamentalmente nacional.
Paseando pos sus callejones, nos topamos con Kamene Price, donde es posible desayunar, comer o simplemente tomar una copa. Sus rincones están llenos de referencias al jazz: los nombres de los platos, la música de fondo, el interior del local… La comida no es especialmente destacable, pero es ideal para tomar café mientras lees tranquilamente por la mañana o para probar alguno de los ricos vinos croatas que se producen en esta zona antes o después de la cena.
¿Dónde? Castel ul. 57, Bale



Pod Voltom y sus platos de trufa en Motovun
Motovun es otro de esos encantadores pueblos en lo alto de una colina que además es conocido por su frondoso bosque trufero. En él se recogen trufas blancas y negras con las que se preparan ricos platos de pasta, arroz, huevos… La trufa blanca se puede disfrutar de mediados de septiembre a mediados de enero y la negra de mediados de marzo a mediados de septiembre. Verás tiendas con productos elaborados con trufa por todas partes, pero cuidado, no en todas partes tiene la misma calidad.
Motovun o se puede visitar en coche, tienes que coger un autobús que te sube al pueblo y pagar en kunas, ni en el parking ni en el bus aceptan euros ni tarjeta y conseguir cambio en el pueblo es algo difícil. Así que ve preparado. Sea como sea asegúrate de incluir Motovun como uno de los pueblos donde comer en Istria.
Pasear por sus calles te llevará a disfrutar de una villa medieval con una curiosa iglesia parroquial, un ayuntamiento de corte muy italiano y un embriagador mirador. Sus calles se llenan de pequeñas tiendas y restaurantes que tienen la trufa como protagonista.
Para almorzar nos decidimos por Pod Voltom, posiblemente por su terraza con vistas al valle y su carta basada en productos de la zona. Especialidades croatas e italianas se llenan de sabor a trufa. Servicio, atento y amable y carta de vinos croatas. Posiblemente fueron los mejores platos de trufa que tomamos en nuestra visita a Istria.
¿Dónde? Trg. Josef Ressel 6, Motovun

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