Copenhague no es precisamente una ciudad asequible para nuestros bolsillos, pero su orden, estética y filosofía hygge, una forma de entender y disfrutar la vida basada en los planes sencillos, confortables y relajados enganchan. Si sois aficionados a la gastronomía, os pasará como a nosotros, que siempre que visitamos una ciudad, hay varias visitas que no nos perdemos por nada: mercados, bodegas y fábricas de cerveza o de algún producto local típico. Y esta ocasión no iba a ser menos. Vamos a darte unas pinceladas gastronómicas para que disfrutes en tu escapada a Copenhague.

Cervecería Carlsberg
Carlsberg es toda una institución en el país. Fundada en 1847, sus instalaciones ofrecen una gran oportunidad de conocer aspectos de la vida cotidiana danesa del siglo XIX. Aunque está un poco alejada del centro, es fácil llegar en autobus.
Si el día acompaña, puedes disfrutar de algo sencillo con las cervezas a las que te invitan con la entrada. Si no es así, podrás hacerlo en el comedor. Nosotros tomamos unos Smørrebrød de salmón y pollo que nos encantaron. Eso de tomar buen pan tostado en la parrilla es dificil de superar…
Con el estómago lleno y una buena Carlsberg en la mano comenzamos la visita. Si hablas inglés, te recomendamos que hagas la visita guiada o una cata dirigida. Aprenderás muchos detalles de la vida de la capital danesa y de la familia Jacobsen: rivalidades padre-hijo, interés por la cultura, apoyo a la comunidad científica…
No puedes perderte la mayor colección de cervezas del mundo, casi 17.000 expuestas, aunque la colección alcanza las 22.000, ni la Puerta de los Elefantes, encargada por Carl Jacobsen y con la inicial de los nombres de sus hijos en cada uno de los gigantes animales. Si te fijas, verás una esvástica en los elefantes y en las antiguas etiquetas. Ésta fue usada como símbolo desde 1881, pero cuando los nazis comenzaron a usarlo, cambiaron las etiquetas para evitar que los asociaran.
¿Dónde? Ny Carlsberg Vej 100





Mercado de Torvehallerne
Dos edificios de cristal cerca de la estación Nørreport acogen el mercado de Torvehallerne. Tal y como dicen sus creadores no es un «supermercado» es un «super mercado». Puedes encontrar productos gourmets, carne y pescado fresco o incluso cocina italiana, tapas españolas, comida típica danesa, cafeterías, pastelerías…
La idea es ofrecer comida saludable y orgánica. Su única pega son los elevados precios. Ya sabéis que Copenhague no es una ciudad barata, así que están en la misma línea. Pero si habéis estado en el Mercado de San Miguel en Madrid o en la Boquería, en Barcelona, ya sabéis que los precios tampoco son precisamente económicos.
Si queréis probar algo, os dejamos dos nombres: Hallernes Smørrebrød, donde podéis disfrutar los famosos «sandwiches abiertos» daneses y Grød, conocido por sus platos de gachas con todo tipo de ingredientes.
¿Dónde? Israels Plads, Frederiksborggade 21


Mikkeller Bar
Local pequeño, con esa estética hipster que se ha puesto tan de moda en el barrio de Vesterbro, buena música y veinte grifos de cerveza artesana a precios nada económicos (unos 6,00€ el vaso pequeño y 10,00€ el grande) y un servicio atento y paciente.
Si no sabes qué cerveza pedir, te aconsejan dependiendo de tus gustos. Puedes probar la cerveza antes por si no te gusta y prefieres cambiar. También tienes pequeños aperitivos para acompañar la bebida, aunque casi todo el mundo viene a beber y si prefieres una comida más formal, tienen un restaurante algo más abajo en la misma calle.
Hay más Mikkeller repartidas por la ciudad e incluso en Tokio, Bangkok o San Francisco; pero esta es la primera, la original y auténtica. ¿Quién le iba a decir a este profesor de física y matemáticas que cuando empezó experimentando en la cocina de su casa hace ya casi diez años se iba a convertir en todo un gurú de la cerveza artesanal? ¡Pues sí, ahí está!
¿Dónde? Viktoriagade 8, B-C

Lagkagehuset
Hay varias repartidas panaderías-pastelerías Lagkagehuset repartidas por la ciudad. Cuando veas una, para: pasteles riquísimos, especialmente los de hojaldre. Hornean a diario. Muy ricas sus barras de pan. También recomendable el muffin de chocolate, el de plátano, el cinnamon roll y el chocolate bread. Nosotros solíamos ir a la que está en la Oficina de Turismo y así aprovechábamos para organizar el día.
¿Dónde? Torvegade, 45


Papirøen
Trangravsvej 14, 7/8 (cerrado temporalmente por reformas en la zona)
En un antiguo almacén industrial que servía para el almacenamiento de papel, con una estética de lo más nórdica y muy cerca del Noma, Papirøen se oferta como una atractiva opción para pasar un buen rato y comer en Copenhague sin arruinarte. Inaugurado en la primavera de 2014 y muy concienciados con la calidad y la sostenibilidad medioambiental, Papirøen está lleno de palés de madera, viejos contenedores reconvertidos en restaurantes, velas, numerosas hamacas en el exterior para disfrutar los días de sol y food trucks de todos los estilos.
Comida colombiana, francesa, japonesa, danesa, italiana… se oferta en este espacio que nos conquistó por su gran ambiente y en el que estuvimos apurando hasta el último minuto en la capital danesa. Nos encantaron los Summer Rolls del Juice Bar y disfrutamos mucho con las Patatas belgas de Copper and Wheat. Los precios de la comida son comedidos, para ser Copenhague, pero los de la bebida son más o menos como en toda la ciudad. Para que os hagais una idea: cerveza 7,00€, Patatas fritas 5,00€, Summer Rolls 13,00€.
Lo mejor de todo es probar en varios puestos y si el tiempo acompaña, terminar al sol en una de las cómodas tumbonas en el exterior, disfrutando de una inolvidable estampa de la ciudad y quizá de alguno de los eventos musicales que organizan a lo largo del año.





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